Estar deshidratados implica que nuestro cuerpo no cuenta con la suficiente agua y otros fluidos para llevar adelante con normalidad sus funciones.
Si bien todas las personas pueden deshidratarse, para los niños y adultos mayores este problema conlleva mayores riesgos.
¿Cuáles pueden ser sus causas?
- Diarrea y vómitos intensos.
- Beber poca agua en días calurosos o si está haciendo mucho ejercicio.
- También algunas enfermedades o medicamentos aumentan el riesgo de deshidratación.
Se puede estar deshidratado y no sentir sed, por lo que es de suma importancia aumentar la ingesta de agua cuando hace calor o se está enfermo.
¿Cómo saber si estamos deshidratados?
Los síntomas que pueden presentarse son:
- No se orina, la orina es escasa o es de un color más oscuro de lo normal.
- Boca seca.
- Fatiga.
- Sed extrema.
- Dolor de cabeza.
- Confusión.
- Vértigos o mareos.
En niños pequeños y lactantes, los signos incluyen:
- Boca y lengua seca.
- Llanto sin lágrimas.
- Pañal sin mojar durante 3 horas o más tiempo.
- Fiebre alta.
- Somnolencia.
¿Cómo tratarla?
Si la deshidratación es leve, el agua es la mejor opción. Además de descansar en un ambiente fresco y a la sombra hasta reponer los líquidos corporales.
Cuando la deshidratación es grave necesita tratamiento médico inmediato, ya que puede derivar en complicaciones graves si no es tratada.
¿Cuándo consultar al médico?
Ante las siguientes situaciones, se necesitará atención médica:
- Diarrea por 24 horas o más.
- Irritabilidad o desorientación.
- Somnolencia.
- No se retiene ningún líquido.
- Heces oscuras o con sangre.